martes, 14 de septiembre de 2010

AIRE, SOBREVOLAR LA CIUDAD



Estaba sentada tranquilamente en el jardín, todo parecía tranquilo, disfrutando de lo que me rodeaba, árboles, flores, el estanque, tenía un libro entre mis manos, leía, disfrutaba, contemplaba.






De pronto un viento frío comenzó a rodearme, me envolvía, tuve que cerrar el libro , me impresionaba ver como el aire movía todo hasta el agua del estanque formando pequeñas olas ininterrumpidas.






El aire seguía azotando y tuve que acercarme a la pared, el libro se me escapó de las manos y comenzó a jugar por su cuenta.

Intenté recuperarlo pero el viento era tan fuerte que me arrastraba hacia donde el quería.

Al principio me divertí pero al ver que cada vez el viento era más incontrolable y persistente, me asusté un poco.




Busqué un sitio mejor para resguardarme. Un soportal.

El viento me sacó de allí bruscamente y me arrastró al medio del jardin, el libro revoloteaba a mi alrededor, divertido y yo me tumbé en el suelo empedrado.




El viento se convirtió en huracán y me arrancó del suelo, comencé a flotar por los aires junto al libro que no se separaba de mi ni un momento.





Empecé a coger altura,


no sabía que pensar, primero un pánico se apoderó de mi pero en las alturas la brusquedad desapareció y yo flotaba suavemente, perdí de vista a mi compañero pero ya no me importaba.







Estaba disfrutando del viaje, comencé a comprender las distintas direcciones del viento y a flotar por encima de los edificios, perdí de vista el jardin, ahora estaba sobrevolando la ciudad.






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