martes, 9 de agosto de 2011

Italia finalmente despertó.



   El  último 12 de marzo, Silvio Berlusconi debió enfrentar la realidad.  Italia festejaba el 150 aniversario de su unificación y en esa ocasión  se dio en la ópera de Roma la ópera "Nabucco" de Giuseppe Verdi,  dirigida por el maestro Ricardo Muti. Nabucco es una obra tanto  musical como política: evoca el episodio de  la esclavitud de los  judíos en Babilonia, y su famoso coro "Va pensiero" es el canto de los  esclavos oprimidos. En Italia, este canto es el símbolo de la búsqueda  de libertad del pueblo, que a fines del siglo XIX -época en que se  escribió la ópera - estaba oprimido por el imperio Habsburgo, al que  combatió hasta la ceación de la Italia unificada. Antes de la  representación, Gianni Alemanno, alcalde de Roma, subió al escenario  para pronunciar un discurso denunciando los recortes al presupuesto de  cultura que hizo el gobierno, a pesar de que Alemanno es miembro del  partido gobernante y viejo ministro de Berlusconi. Esta intervención  política, en un momento cultural de los más simbólicos para Ialia,  produciría un efecto inesperado, puesto que Berlusconi en persona  asistía a la representación.    
   Relatado luego por el Times,  Ricardo Muti, director de la orquesta, contó que fue una verdadera  velada de revolución: "Al principio hubo una gran ovación en el  público. Luego comenzamos con la ópera. Se desarrolló muy bien hasta  que llegamos al famoso canto Va pensiero. Inmediatamente sentí que la  atmósfera se tensaba en el público. Hay cosas que no se pueden  describir, pero uno las siente. Era el silencio del público que se  hacía sentir. Pero en el momento en que la gente se dio cuenta que  empezaba el Va Pensiero, el silencio se llenó de verdadero fervor. Se  podía sentir la reacción visceral del público ante el lamento de los  esclavos que cantan: "Oh patria mía, tan bella y  perdida."   Cuando el coro llegaba a su  fin, ya se oían en el público varios "bis".  El público comenzó a  gritar: "¡Viva Italia!", "¡Viva Verdi!", "¡Larga vida a Italia!". La  gente en el gallinero comenzó a arrojar papeles con mensajes  patrióticos. En una única ocasión Muti había aceptado hacer un  bis  para el "Va Pensiero" en la Scala de Milán en 1986, puesto  que para él la ópera no debe sufrir interrupciones. "Yo no quería sólo  hacer un bis. Tenía que haber una intención especial para hacerlo",  relata. Pero el público ya había despertado su sentimiento patriótico.  En un gesto teatral, Muti se dio vuelta y miró al público y a  Berlusconi a la vez, y dijo:   
           
"Sí, estoy de  acuerdo con esto. "Larga vida a Italia". Pero...
Ya no tengo más  30 años y he vivido mi vida, pero recorrí mucho el mundo, y hoy  tengo vergüenza de lo que sucede en mi país. Entonces accedo a  vuestro pedido de un bis para el Va Pensiero, nuevamente. No es sólo  por la dicha patriótica que siento, sino porque esta noche, cuando  dirigía el Coro que cantó "Ay mi patria, bella y perdida" , pensé  que si seguimos así vamos a matar la cultura sobre la cual se  construyó la historia de Italia. En tal caso, nuestra patria estaría  en verdad "bella y  perdida".
              (Aplausos , incluidos de los artistas en  escena)
           Continuó: Ya que reina  acá un clima italiano, yo, Muti, me callé la boca muchos años.  Quisiera ahora... tendríamos que darle sentido a este canto; estamos  en nuestra casa, el teatro de Roma, y con un coro que cantó  magníficamente bien y que acompañó espléndidamente. Si quieren, les  propongo unirse a nosotros para que cantemos todos  juntos.
  
           Entonces invitó al público a  cantar con el  coro de esclavos. "Vi grupos de gente levantarse.  Toda la ópera de Roma se levantó. Y el Coro también. Fue un momento  mágico en la ópera.
Esa noche no fue solamente una representación  de Nabucco, sino también una declaración del teatro de la capital para  llamar la atención a los  políticos."
      Acá está el video  de ese momento lleno de  emoción:

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